sábado, octubre 15

ya entendí

​ya entendí a que llegaste a mi vida. Ya encontré sentido a tu existencia en la mía. Llegaste a darme mil lecciones que hasta ahora estoy asimilando.


Lo primero es que fuimos ambos protectores en la pandemia, en mi no hubo angustia ni ansiedad por el encierro. Se que tú si tuviste muchas emociones reprimidas, la ansiedad, las drogas y las mujeres fueron tu refugio. Aunque me duele mucho saber que desde el día 1 fui engañada por ti, agradezco que esa mentira me sostuvo durante los meses que la gente enloquecía encerrada.


Lo segundo, es que gracias a ver tus hábitos aprendí a ir al baño. El estreñimiento simplemente desapareció de mi vida. Hoy se que ya no voy a sufrir de cancer de colon. 

Si tener una vida más sana, me implicaba vivir la mentira y el dolor que me causaste. Lo acepto con amor.


Lo tercero, me abriste la cabeza al mundo que no conocía. Era muy inocente y aunque al final intentaste aprovecharte de eso, mi forma de pensar hoy es más amplia.


Y por último, llegaste a romper con un ciclo doloso en mi vida. Eres la viva prueba de que lo que se permite se repite. Hoy se que en lo poco se ve lo mucho, descubrí que la honestidad, fidelidad y monogamia son innegociables en mi vida. 


Y todo esto, para agradecerte tu paso por mi vida. Ya estuvo bueno y ya no eres bienvenido en mis días.


Adiós. 


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